viernes, 27 de abril de 2012

Un Sindiós

Estupenda reflexión sobre la mentira continua en el discurso del gobierno Popular

Ver mas

1 de Mayo - Recordatorio

¡Os recordamos que el 1 de Mayo nos vemos todos en Barcelona! No esperes a que alguien haga ruido por tí. MOVILÍZATE Y LUCHA!!!


Amortizar 8 Euros


Enemigos de lo público



El paro se desboca: ya hay 5.639.500 personas sin trabajo   (Archivo PDF, click aquí)

·         Entre enero y marzo el desempleo aumentó en 365.900 personas
·         La tasa de paro alcanza ya el 24,44% de la población activa
·         En un año el desempleo ha crecido en 729.300 personas
·         El número de hogares con todos sus miembros sin trabajo crece en 153.400.




PUBLICO.ES / EFE Madrid 27/04/2012 08:31 Actualizado: 27/04/2012 10:48
En España una de cada cuatro personas que busca trabajo no lo encuentra. El paro sigue desbocado y ya se asoma a los seis millones parados. Ninguna de las medidas que se han tomado parece capaz de contener la sangría: ni la reforma laboral, ni los severos recortes aprobados por el Gobierno sirven de paliativo a este auténtico drama nacional. La realidad es más cruda que nunca y la Encuesta de Población Activa (EPA) (PDF) la refleja con toda la frialdad de las cifras: el número de desempleados aumentó en 365.900 personas en el primer trimestre de 2012.
En España ya hay 5.639.500 ciudadanos sin trabajo.
Esos datos sitúan la tasa en el 24,44% de la población activa, 1,59 puntos más que la EPA del último trimestre de 2011. Casi huelga decir que este es el nivel más alto de desempleo desde 1994. De hecho, la tasa de paro roza su récord absoluto, cifrado en el 24,55% que se alcanzó en aquel mismo año.
El arranque de 2012 es el peor en los últimos tres años: sólo en el primer trimestre de 2009 se destruyeron más empleos. En el último año 729.300 personas han perdido su trabajo
Otro indicador que acrecienta el drama es el del número de hogares con todos sus miembros en paro, que aumentó en 153.400 entre enero y  marzo. Ya hay 1.728.400 familias en las que nadie trabaja. Por su parte, aquellos hogares en los que todos sus miembros están ocupados disminuyó en 252.300, hasta los 8.593.700. En comparativa interanual, los hogares con todos sus activos en paro crecen en 342.400 y los que tienen todos sus activos ocupados disminuyen en 472.300.
La tasa de paro entre los menores de 25 años es ya del 52%
Según la EPA, la población activa bajó en 8.400 personas respecto al trimestre anterior hasta un total de 23.072.800 personas, de las cuales 17.433.200 están ocupadas. En el primer trimestre la ocupación disminuyó en 374.300 personas, con lo cual la tasa de actividad permanece en el 59,94%.
Un desglose de los datos aviva la preocupación, sobre todo en lo que se refiere al paro juvenil. El paro creció mucho entre los jóvenes de entre 25 y 29 años: 111.300 engrosaron la listas de las oficinas de empleo, casi un tercio del total del aumento registrado en este primer trimestre. Entre enero y marzo, el desempleo entre los jóvenes de 16 a 19 años subió en 5.300 personas hasta 214.100, mientras que en la franja de 20 a 24 años, hubo 32.300 parados más y un total de 707.700.La tasa de paro entre los menores de 25 años es ya del 52%.
Entre quienes tienen de 30 a 54 años hay con 190.300 parados más, hasta sumar 4.243.600. Entre los mayores de 55 años el desempleo se incrementó en 26.700, situando el total en 474.200.
El crecimiento del paro afecta prácticamente por igual a hombres y a mujeres: la tasa de paro masculina repunta 1,63 puntos hasta el 24,09% mientras que la femenina sube 1,54 puntos hasta el 24,86%. Entre los hombres el paro aumenta en 183.700 y situó el número de desempleados en 3.023.800; el desempleo femenino se incrementó en 182.200 hasta las 2.615.700.
También subió entre los extranjeros, con 67.400 parados más respecto al trimestre anterior, hasta sumar 1.293.100, que llevó la tasa de paro en este colectivo al 36,95%.
Por sectores, la mayor alza fue para el de los servicios, con 147.900 parados más, seguido de la agricultura (59.700), la industria (49.800), la construcción (29.500).
Otro aspecto destacable de esta trágica situación es el que hace referencia a los parados de larga duración: entre los que perdieron su empleo hace más de un año, el paro subió en 66.200 y entre los que buscan su primer empleo aumentó en 12.800, con lo que hay 456.000 parados entre este colectivo.
Andalucía, con un 33,17% de paro, y Canarias, con un 32,28% encabezan las estadísticas 
Frente a estos datos, la ocupación aumentó entre los trabajadores por cuenta propia en 46.300 personas, hasta los 3.014.900, aunque entre los asalariados se destruyeron 418.000 puestos de trabajo. La caída de la ocupación fue mayor para los asalariados con contrato temporal, donde bajó en 279.600, mientras que entre los trabajadores con contrato indefinido, la disminución fue de 138.400. En el primer trimestre, se destruyeron 421.800 puestos de trabajo a tiempo completo y se incrementaron en 47.500 los contratados a tiempo parcial. 
Por comunidades, Andalucía y Canarias registraron las mayores tasas de paro, con el 33,17% y el 32,28% respectivamente, y las menores el País Vasco (13,55%) y Navarra (16,34%).

jueves, 26 de abril de 2012

Coneix a fons la reforma laboral

Per defensarte millor de la reforma laboral s´ha de coneixer a fons.


Ver mas

Represió i persecució policial de sindicalistes


CCOO alerta sobre las políticas de represión e intimidación de los poderes públicos

OSEDATA - Observatorio Social de España

Desde la Secció Sindical Unidesa I+D+R queremos denunciar la desigualdad que todavía a día de hoy e incomprensiblemente existe entre sexos en el mundo laboral.

Os adjuntamos un archivo Excel donde aportamos datos de dicha desigualdad.

Detrás de las líneas rojas: asalto al Sistema Nacional de Salud


Detrás de las líneas rojas: asalto al Sistema Nacional de Salud

Las medidas aprobadas por el Gobierno del PP suponen un cambio de modelo del sistema sanitario, que deja de ser universal y permitirá que las capas medias sean arrojadas a los brazos de las aseguradoras privadas.

Nuestro sistema sanitario público es reconocido por los profesionales y los ciudadanos como un sistema universal de calidad y de bajo coste.
Sin embargo, el Gobierno sacrifica la sanidad y la educación en aras de los mercados. El gobierno ha anunciado un recorte brutal en educación y sanidad de 10.000 millones de euros para aplacar la desconfianza de los mercados ante el proyecto de Presupuestos para 2012. Hemos pasado del recorte al hachazo y de éste a la tala.
Esta tala afectaría a más del 10% del presupuesto sanitario que está en su mayoría en manos de las Comunidades Autónomas, mediante medidas drásticas de recorte de prestaciones, repagos de fármacos (a ricos), privatizaciones y desgravaciones fiscales que cambiarían de hecho el modelo universal financiado por impuestos de nuestro estado de bienestar o medioestar. Se trataría pues de aprovechar la crisis para demoler el modelo universal, con un nuevo hachazo que se suma al ya sufrido en el año 2011.
Es necesario destacar que nuestro débil estado social, que es perfectamente sostenible para nuestro nivel de renta, es fruto de un escaso compromiso financiero del Estado con las políticas sociales, derivado, entre otras razones, de un sistema fiscal escasamente progresivo y lleno de agujeros que facilita el fraude y la evasión generalizados de las rentas altas y una escasa contribución impositiva de las plusvalías, sociedades y patrimonio, en contraposición al IRPF o al IVA que pagan los asalariados.
Este bajo nivel de inversión social explica que, a pesar de la sanidad universal, la educación, las pensiones y la atención a la dependencia, estemos muy lejos de la Unión Europea. Sin embargo, todo ello se corresponde con una derecha que no hizo su transición por el Estado de bienestar y una izquierda gobernante que ha mantenido el Estado social en una situación de debilidad limitándolo a un mediocre Estado del medioestar. A ello han contribuido los que calificaron las rebajas fiscales como medidas de izquierdas y aceptaron propuestas como los modelos privados de gestión o la colaboración público-privada en la gestión sanitaria y los que han mirador para otro lado en tiempos de bonanza ante el reto de la dirección y coordinación del Sistema Nacional de Salud.
El cambio de sistema no sólo no supondrá ahorro alguno sino que aumentará el gasto sanitario
Hasta hoy, los buenos resultados del sistema sanitario, la opinión favorable de los ciudadanos (en la derecha y en la izquierda), la satisfacción de los lobbys presentes en el sector (farmacéuticos, de tecnologías sanitarias y de la industria sanitaria privada) han mantenido una situación de calma chicha fruto de un equilibrio de fuerzas e intereses económicos, sociales y políticos. Hemos vivido de la inercia, los beneficios excesivos para la industria farmacéutica y una gestión política entre el populismo y los “experimentos” con cava.
Sin embargo, a lo largo de los años de gestión autonómica y pasividad de la Administración Central en materia sanitaria, se ha ido modificando el Sistema Nacional de Salud en aspectos esenciales que hoy parecen ser las líneas de fuerza de la ofensiva del PP y los mercados en contra del mismo.
Las debilidades de nuestro Sistema Nacional de Salud han estado en los modelos de repago y privatización indirectos, de una parte, y de otra en una creciente medicalización y medicamentalización de la sanidad. Esta última directamente financiada y dirigida cada vez en mayor grado por las compañías multinacionales de la farmacia y la tecnología, cuyo control férreo impone unos modelos de negocio y trabajo negativos para el sistema. Así cualquier novedad medicamentosa o tecnológica se incorpora, a unos precios elevados, sin más, a las prestaciones públicas, aunque no haya la más mínima evidencia de las ventajas que aporta sobre lo existente, obviamente mucho más barato.
La ausencia de un modelo de gestión ha provocado debilidades que ahora se esgrimen para justificar la contrarreforma
Son precisamente estas debilidades las que hoy se utilizan como palanca para demostrar una supuesta inviabilidad del Sistema Nacional de Salud: una deuda farmacéutica a proveedores que, sin ser excesiva, ha sido provocada por los mismos que se han beneficiado del sistema y hoy reclaman su reforma.
Otras debilidades han sido la ausencia de un verdadero modelo de gestión, la renuncia a la dirección política en materia sanitaria y la inexistencia de proyecto político, todo ello por parte de los sucesivos gobiernos, que se han escudado en que la “sanidad” era una competencia de las Comunidades Autónomas.
Ahora la fruta parece madura. Ha llegado el momento de pasar factura al Estado del medioestar y en particular a un modelo sanitario apetitoso para los mercados, con la ayuda de un gobierno nacional reducido a un comisariado de los mercados y la Unión Europea
El PP, bajo la bandera de la igualdad de prestaciones y acceso, entendida esta como uniformidad, cumplirá con el doble objetivo de recortar prestaciones, imponer o coordinar repagos y colaboraciones con el sector privado, debilitará el modelo de gestión autonómica al tiempo que lo responsabilizará de las inequidades e ineficiencia, cuando, en realidad, estas son y siguen siendo sociales unas y condicionadas por los lobbys las otras.
El PP tiene como principal objetivo romper la universalización, es decir sacar a las clases medias del Sistema Nacional de Salud, en tres frentes: reduciendo salarios de personal y prestaciones considerándolas lujosas y “pecaminosas” a veces para que se compren en el mercado (fertilización, aborto,…), con el objetivo de establecer unas prestaciones básicas y otras de pago. Introduciendo repagos o tasas para favorecer la “competencia” y la “mercantilización” y por tanto el flujo hacia el sector privado de aquellos que sufrirían doble imposición. Caminando todo ello, con desgravaciones fiscales y la generalización de mercados internos para el sector privado, hacia la precariedad y dualización del Sistema Nacional de Salud.
Todo ello, con la paradoja de que no sólo no supondrán ahorro alguno sino que aumentará el gasto sanitario como ocurre en los EEUU, que triplica el español.
La expulsión de las clases medias es el primer paso para transformar un sistema universal en otro meramente asistencial.
Por eso, hoy más que ayer, es necesario defender el modelo de Sistema Nacional de Salud público y universal, porque responde a necesidades y derechos ciudadanos a la salud y porque es el más eficiente, reforzando su coordinación, dirección participativa y descentralización frente a la imposición de los lobbys empresariales disfrazados de nostalgia centralizadora y eficiencia privatizadora. Para mañana y pasado mañana se trata de reorientar y reforzar el Sistema Nacional de Salud con la prioridad de los enfermos crónicos, la atención primaria de salud y la salud pública. Pero para todo esto tiene que seguir existiendo el Sistema Nacional de Salud que hoy pone en peligro la tala del Gobierno y los mercados.
Gaspar Llamazares Trigo es diputado de IU por Asturias.

Síguenos por Facebook!

Para estar a la última puedes seguirnos por Facebook!

En la columna de la derecha encontrarás el enlace!

miércoles, 25 de abril de 2012

Vídeo Primero de Mayo

Os adjuntamos el link del vídeo que CCOO Vallès Occidental ha elaborado para el Primero de Mayo.

http://www.youtube.com/watch?v=El-Ia51FSFE

lunes, 23 de abril de 2012

Mirando a las musarañas: ¡Yo aviso!

Mirando a las musarañas: ¡Yo aviso!: Aviso a Seat, Renault, Vw, Ford, Opel… de que he reparado mi viejo coche y que ya he descartado completamente cambiarlo. Aviso al BBVA, San...

ILP sobre el derecho a la vivienda


La regulació de la dació en pagament, la paralització dels desnonaments i la potenciació del lloguer social


ILP sobre el dret a l'habitatge

A la dificultat històrica al nostre país per accedir a un habitatge digne per part d'amplis sectors de la població,
amb l'actual crisi econòmica se suma el problema, cada vegada més dramàtic, de la pèrdua de l'habitatge per
motius econòmics.

Feu clic per veure:

- l'article "Contra la condemna hipotecària", publicat al diari El Periódico el dimecres 18 d'abril de 2012.
Article conjunt signat per Joan Carles Gallego (CCOO Catalunya), Joan Martínez (CONFAVC), Vanesa Valiño (Observatori DESC),
Ada Colau (Afectats per la Hipoteca), Àngels Guiteras (Taula del tercer Sector) i Josep Maria Álvarez (UGT Catalunya).
conjunta celebrada al Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB) el dimecres 18 d'abril de 2012.

Las mentiras que nos cuentan

Las mentiras que nos cuentan, las verdades que nos esconden es un documento de CCOO en el cual se explica detalladamente el engaño al que estamos sometidos por parte de los gobiernos con ayuda de los medios de comunicación.

viernes, 20 de abril de 2012

Nuestros delegados en la I jornada de jovenes del Vallès Occidental

Els joves d'Indústria s'impliquen amb l'acció del dia a dia del sindicat


El dijous va tenir lloc una primera trobada de joves delegats i delegades de CCOO del Vallès Occidental, organitzada per Acció Jove amb el lema “Ens organitzem?”, que va comptar amb la participació d’una nodrida representació de joves delegats i delegades de la Federació d’Indústria, de les empreses Ficosa, Yamaha, Delphi Diesel Systems, Nissan, Costal, Unidesa i Celsa, entre d’altres.


 ver más...

Felicidades Presi!

En nombre de la Secció Sindical CCOO Unidesa I+D+R y de los trabajadores de UNIDESA, queremos felicitar al 'presi' Carlos Casanovas por haber cumplido 30 años en la empresa.

Sigue presidiendo la Secció Sindical CCOO Unidesa I+D+R hasta que estés tan cansado de nosotros como nosotros lo estemos de tí.

Un abrazo

miércoles, 18 de abril de 2012

Assemblea:L’impacte de la crisi sobre la salut laboral


DIVENDRES 27 D’ABRIL    10’30 A 11’30 a CCOO Catalunya (sales 12 i 13)    Via Laietana 16  primera planta.
Assemblea:L’impacte de la crisi sobre la salut laboral

Company/Companya,
Com ja deus saber tots els anys als voltants del 28 d’abril, dia mundial per la seguretat i la salut en el treball, duem a terme una sèrie d’accions (mobilitzacions, assemblees, rodes de premsa, etc.) dirigides a posar de relleu la importància de que es duguin a terme politiques preventives destinades a reduir l’impacte sobre la salut de les condicions de treball i reivindicant el dret a la salut i la prevenció als centres de treball.
 Però això no és suficient, el balanç de les dades i els danys a la salut produïts l’any 2011 a Catalunya fa que tinguem que qualificar la situació de molt alarmant. I no pot ser d’altra manera quan la xifra de 78 persones mortes degudes al treball, és a dir 14 més que durant l’any 2010 significa un augment del 21,88%, tot i tenint en compte la pèrdua massiva de llocs de treball ocasionada per la crisi econòmica. En relació a les malalties professionals, la situació és més greu, atès que es van declarar tan sols 3491 malalties com a professionals a Catalunya (xifra molt baixa, ja que inclou malalties amb i sense baixa mèdica), deixant sense reconeixement el càncer laboral, trastorns musculoesquelètics i d’altres.
Les causes són moltes, però les més significatives tenen a veure amb:
·         Fruit de la crisi i les retallades, el descens important de recursos tècnics i econòmics que destinen les empreses a la prevenció, tanmateix també cal fer esment de l’escassa qualitat dels serveis de prevenció aliens, els quals realitzen actuacions purament formalistes, incompletes, genèriques i escasses, en paraules de la mateixa Inspecció de Treball.
·         Les pràctiques empresarials cada vegada més fraudulentes, amb la connivència de les Mútues d’Accident de Treball i Malalties Professionals, estan provocant l’ocultació i tenen el ferm objectiu de la subdeclaració dels danys derivats del treball (accidents i malalties professionals)
No podem oblidar que el Govern de l’Estat, amb la connivència de la Generalitat i de CiU, va posar en marxa l’1 de febrer la reforma laboral més dura de la democràcia, la qual ha estat contestada pel moviment sindical amb la vaga que vàrem dur a terme el passat 29 de març i que va ser un èxit de participació. Aquesta reforma no només ataca als drets laborals i a la negociació col·lectiva, sinó, també ataca frontalment a la salut de la població treballadora, quan permet que l’empresariat de forma unilateral i sense la participació de les persones treballadores pugui modificar les condicions de treballs substancials com són; la jornada, l’horari, el salari, la mobilitat geogràfica, generant nous i més riscos psicosocials, més dificultats encara, per la conciliació de la vida laboral i personal. En definitiva, aquests elements tenen una directa relació amb l’organització del treball a l’empresa i tots sabem, també, la directa relació que té amb la salut els seus efectes.
Per acabar d’atacar el dret a la salut, cal assenyalar, que aquesta reforma laboral permet la discriminació dels treballadors/es en funció de la seva salut, ja que, fins i tot, si emmalaltim podem ser acomiadats per l’empresari, doncs s’ha modificat el criteri, i si una persona ha estat de baixa un període inferior a 21 dies durant dos mesos en dos o més episodis, pot ser causa legal d’acomiadament objectiu, precepte legal que ja estan aplicant les empreses de manera abusiva.
Des del conjunt del nostre sindicat liderat per les estructures de Salut Laboral i el Gabinet Tècnic Sindical Higia, davant d’aquesta situació d’atac frontal als drets socials i laborals i al dret a la salut, us convoquem a reivindicar als nostres drets en aquesta diada de la salut en el treball.

                        DIVENDRES 27 D’ABRIL
                        10’30 A 11’30 a CCOO Catalunya (sales 12 i 13)
                        Via Laietana 16  primera planta.
Assemblea:L’impacte de la crisi sobre la salut laboral

Després tots plegats anirem a concentrar-nos a les 12:00 hores, al Fossar de les Moreres (al costat de la Basílica de Santa Maria del Mar) conjuntament amb l’UGT, per així denunciar davant l’opinió pública la situació de precarietat en la que ens trobem avui, per poder defensar la nostre salut al si de les empreses. També realitzarem un homenatge als 78 treballadors que vàren perdre la vida a la feina en el 2011 i a les milers de persones que van patir malalties professionals que no han estat reconegudes.

Amb aquest correu t’adjuntem el manifest conjunt de CCOO i UGT d’aquest 28 d’abril així com el cartell commemoratiu que hem editat només CCOO.

Participa-hi, T’esperem el divendres 27 d’abril

José Manuel Cuenca Moreno
Secretari de Salut Laboral de la CONC
Barcelona 18 d’abril del 2012

Detrás de las líneas rojas: asalto al Sistema Nacional de Salud

 

TRIBUNA (EL PAÍS) 

Detrás de las líneas rojas: asalto al Sistema Nacional de Salud

Las medidas aprobadas por el Gobierno del PP suponen un cambio de modelo del sistema sanitario, que deja de ser universal y permitirá que las capas medias sean arrojadas a los brazos de las aseguradoras privadas.

Gaspar Llamazares Trigo 26 ABR 2012 - 00:16 CET

Nuestro sistema sanitario público es reconocido por los profesionales y los ciudadanos como un sistema universal de calidad y de bajo coste.

Sin embargo, el Gobierno sacrifica la sanidad y la educación en aras de los mercados. El gobierno ha anunciado un recorte brutal en educación y sanidad de 10.000 millones de euros para aplacar la desconfianza de los mercados ante el proyecto de Presupuestos para 2012. Hemos pasado del recorte al hachazo y de éste a la tala.

Esta tala afectaría a más del 10% del presupuesto sanitario que está en su mayoría en manos de las Comunidades Autónomas, mediante medidas drásticas de recorte de prestaciones, repagos de fármacos (a ricos), privatizaciones y desgravaciones fiscales que cambiarían de hecho el modelo universal financiado por impuestos de nuestro estado de bienestar o medioestar. Se trataría pues de aprovechar la crisis para demoler el modelo universal, con un nuevo hachazo que se suma al ya sufrido en el año 2011.

Es necesario destacar que nuestro débil estado social, que es perfectamente sostenible para nuestro nivel de renta, es fruto de un escaso compromiso financiero del Estado con las políticas sociales, derivado, entre otras razones, de un sistema fiscal escasamente progresivo y lleno de agujeros que facilita el fraude y la evasión generalizados de las rentas altas y una escasa contribución impositiva de las plusvalías, sociedades y patrimonio, en contraposición al IRPF o al IVA que pagan los asalariados.

Este bajo nivel de inversión social explica que, a pesar de la sanidad universal, la educación, las pensiones y la atención a la dependencia, estemos muy lejos de la Unión Europea. Sin embargo, todo ello se corresponde con una derecha que no hizo su transición por el Estado de bienestar y una izquierda gobernante que ha mantenido el Estado social en una situación de debilidad limitándolo a un mediocre Estado del medioestar. A ello han contribuido los que calificaron las rebajas fiscales como medidas de izquierdas y aceptaron propuestas como los modelos privados de gestión o la colaboración público-privada en la gestión sanitaria y los que han mirador para otro lado en tiempos de bonanza ante el reto de la dirección y coordinación del Sistema Nacional de Salud.

El cambio de sistema no sólo no supondrá ahorro alguno sino que aumentará el gasto sanitario

Hasta hoy, los buenos resultados del sistema sanitario, la opinión favorable de los ciudadanos (en la derecha y en la izquierda), la satisfacción de los lobbys presentes en el sector (farmacéuticos, de tecnologías sanitarias y de la industria sanitaria privada) han mantenido una situación de calma chicha fruto de un equilibrio de fuerzas e intereses económicos, sociales y políticos. Hemos vivido de la inercia, los beneficios excesivos para la industria farmacéutica y una gestión política entre el populismo y los “experimentos” con cava.

Sin embargo, a lo largo de los años de gestión autonómica y pasividad de la Administración Central en materia sanitaria, se ha ido modificando el Sistema Nacional de Salud en aspectos esenciales que hoy parecen ser las líneas de fuerza de la ofensiva del PP y los mercados en contra del mismo.

Las debilidades de nuestro Sistema Nacional de Salud han estado en los modelos de repago y privatización indirectos, de una parte, y de otra en una creciente medicalización y medicamentalización de la sanidad. Esta última directamente financiada y dirigida cada vez en mayor grado por las compañías multinacionales de la farmacia y la tecnología, cuyo control férreo impone unos modelos de negocio y trabajo negativos para el sistema. Así cualquier novedad medicamentosa o tecnológica se incorpora, a unos precios elevados, sin más, a las prestaciones públicas, aunque no haya la más mínima evidencia de las ventajas que aporta sobre lo existente, obviamente mucho más barato.

La ausencia de un modelo de gestión ha provocado debilidades que ahora se esgrimen para justificar la contrarreforma

Son precisamente estas debilidades las que hoy se utilizan como palanca para demostrar una supuesta inviabilidad del Sistema Nacional de Salud: una deuda farmacéutica a proveedores que, sin ser excesiva, ha sido provocada por los mismos que se han beneficiado del sistema y hoy reclaman su reforma.

Otras debilidades han sido la ausencia de un verdadero modelo de gestión, la renuncia a la dirección política en materia sanitaria y la inexistencia de proyecto político, todo ello por parte de los sucesivos gobiernos, que se han escudado en que la “sanidad” era una competencia de las Comunidades Autónomas.

Ahora la fruta parece madura. Ha llegado el momento de pasar factura al Estado del medioestar y en particular a un modelo sanitario apetitoso para los mercados, con la ayuda de un gobierno nacional reducido a un comisariado de los mercados y la Unión Europea

El PP, bajo la bandera de la igualdad de prestaciones y acceso, entendida esta como uniformidad, cumplirá con el doble objetivo de recortar prestaciones, imponer o coordinar repagos y colaboraciones con el sector privado, debilitará el modelo de gestión autonómica al tiempo que lo responsabilizará de las inequidades e ineficiencia, cuando, en realidad, estas son y siguen siendo sociales unas y condicionadas por los lobbys las otras.

El PP tiene como principal objetivo romper la universalización, es decir sacar a las clases medias del Sistema Nacional de Salud, en tres frentes: reduciendo salarios de personal y prestaciones considerándolas lujosas y “pecaminosas” a veces para que se compren en el mercado (fertilización, aborto,…), con el objetivo de establecer unas prestaciones básicas y otras de pago. Introduciendo repagos o tasas para favorecer la “competencia” y la “mercantilización” y por tanto el flujo hacia el sector privado de aquellos que sufrirían doble imposición. Caminando todo ello, con desgravaciones fiscales y la generalización de mercados internos para el sector privado, hacia la precariedad y dualización del Sistema Nacional de Salud.

Todo ello, con la paradoja de que no sólo no supondrán ahorro alguno sino que aumentará el gasto sanitario como ocurre en los EEUU, que triplica el español.

La expulsión de las clases medias es el primer paso para transformar un sistema universal en otro meramente asistencial.

Por eso, hoy más que ayer, es necesario defender el modelo de Sistema Nacional de Salud público y universal, porque responde a necesidades y derechos ciudadanos a la salud y porque es el más eficiente, reforzando su coordinación, dirección participativa y descentralización frente a la imposición de los lobbys empresariales disfrazados de nostalgia centralizadora y eficiencia privatizadora. Para mañana y pasado mañana se trata de reorientar y reforzar el Sistema Nacional de Salud con la prioridad de los enfermos crónicos, la atención primaria de salud y la salud pública. Pero para todo esto tiene que seguir existiendo el Sistema Nacional de Salud que hoy pone en peligro la tala del Gobierno y los mercados.

Gaspar Llamazares Trigo es diputado de IU por Asturias.

 

martes, 17 de abril de 2012

1 de Mayo

Manifestación contra los recortes en educación

L’ASSEMBLEA SOCIAL DE CATALUNYA DONA SUPORT A LA
MANIFESTACIÓ CONVOCADA
PER LA COMUNITAT EDUCATIVA DE CATALUNYA

dissabte 21 d’Abril a les 17h.
 a  Plaça Urquinaona per anar
en manifestació fins a Plaça Sant Jaume

Front les continues  retallades que està patint l’educació pública amb el pretext de la crisi econòmica, la comunitat educativa de Catalunya fa una crida a les famílies, estudiants, professionals de l’educació,  i a tota la ciutadania a mobilitzar-se participant en la manifestació del proper dissabte dia 21 d’abril a les 17h, per fer visibles els efectes que estan tenint les retallades sobre el model educatiu públic.

En aquests moments de crisi global i de destinació, aparentment inesgotable, de recursos públics cap al sector privat financer, no podem permetre les retallades que afecten les polítiques educatives, socials i laborals, vulnerant drets que posen en perill la igualtat d’oportunitats, la cohesió social i, per tant, el futur dels nostres infants i joves.

Durant aquest dies estem assistint a nous anuncis per part del Govern d’Espanya i de la Generalitat de Catalunya de més retallades pressupostàries per l’educació pública.  No podem permetre que continuïn “escanyant” l’escola pública. Hem de respondre amb contundència contra tots aquests atacs.

Reafirmem el nostre compromís  amb  el nostre estat de benestar i considerem irrenunciable el manteniment d’uns serveis públics d’educació, sanitat i serveis socials de qualitat.

Reclamem per l’educació prioritat en la despesa pública.  Els nostres infant i joves no han de pagar aquesta crisi. Tenim l’obligació de garantir una educació de qualitat i una vida personal i laboral dignes, doncs la seva educació és el futur de la nostra societat.


Comptem amb vosaltres!

Cal dir PROU!

Col·lectius convocants:

Associació d’Estudiants Progressistes (AEP)- Associació de Joves Estudiants de Catalunya (AJEC)- Associació de Mestres Rosa Sensat (AMRS)- Federació d’Associacions de Pares d’Alumnes d’Educació Secundària (FAPAES)- Federació d’Associacions de Mares i Pares d’Alumnes de Catalunya (FAPAC)- Federació d’Ensenyament de CCOO- Federació d’Ensenyament de CGT- Federació de Moviments de Renovació Pedagògica de Catalunya (FMRPC)- FETE-UGT- Sindicat d’Estudiants (SE)- Sindicat d’Estudiants dels Països Catalans (SEPC)- USTE-STEs
(IAC)

Adhesions a: http://muce21abril.blogspot.com

viernes, 13 de abril de 2012

Chapuza, mentira y traición

Juan Torres López  - Ganas de escribir  - http://juantorreslopez.com

Publicado en Sistema Digital el 12 de abril de 2012

A nadie le puede extrañar que el Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, saliera por la puerta del garaje del
Senado para no tener que dar cuentas a los medios de comunicación de las últimas medidas económicas que ha adoptado y concretamente del recorte adicional de 10.000 millones de euros en educación y sanidad. No extraña porque hasta el truhán más descarado sentiría vergüenza si tuviera que justificar una chapuza tan grande, una mentira tan evidente y una traición a los intereses de la Nación tan cobarde.
Es una chapuza monumental que una semana después de haber presentado los Presupuestos Generales del
Estado, y después de haber negado por la mañana que se iría en esa dirección (por no hablar de las promesas que se lanzaban cuando se trataba de criticar al anterior gobierno) se anuncie un gigantesco recorte
presupuestario adicional en sanidad y educación.
Si hubieran transcurrido unos meses quizá se podría argumentar que se trata de un cambio de coyuntura, de una necesidad adicional, pero ¿cómo justificar una rectificación tan grande cuando casi se puede contar en horas el tiempo transcurrido desde la presentación de las cuentas del Estado? ¿Cómo puede seguir en su puesto sin morirse de la vergüenza y dimitir un Ministro de Hacienda que ha preparado nada más y nada menos que los Presupuestos Generales del Estado con semejante falta de perspectiva y de rigor? ¿Qué se puede esperar de un Ejecutivo que actúa con una estrategia tan errada, con una percepción tan alicorta de las necesidades de la economía y la sociedad española? ¿Cómo se puede sostener un Gobierno que de una semana a otra considera que la educación y la sanidad española necesitan 10.000 millones de euros menos?
Salvo, claro está, que ese Gobierno no se esté pensando en lo que necesita el Estado y la población a la que
sirve, sino lo que le exigen intereses extranjeros o particulares que actúan a la sombra incluso de los propios
agentes que, por lo que se ve, mantienen en ese Consejo de Ministros.
El anuncio del recorte responde también a una mentira que es bastante fácil descubrir.
Reducir los presupuestos de educación y sanidad en esa cifra tan extraordinaria no va a  contribuir decisivamente a reducir el déficit público.
Docenas de estudios empíricos han demostrado que una disminución del gasto público supone una caída
prácticamente inmediata y muy importante del Producto Interior Bruto, cuya magnitud depende del tipo de
economía y de las partidas concretas en que se materialice pero que en el caso español y dándose en materia de educación y salud podría ser de entre el 60 y el 75 u 80%. También sabemos que al caer el PIB disminuye
lógicamente la recaudación impositiva porque hay menos actividad económica, menos beneficios, menos sueldos y menos transacciones que gravar. La magnitud final de esta disminución también depende de diversas circunstancias (de la estructura impositiva, del peso de los impuestos en el PIB) pero no sería exagerado decir que en un país como España la disminución del PIB producida por un recorte de 10.000 millones de euros en el gasto en sanidad y educación podría suponer una disminución de más de 4.000 millones en los ingresos fiscales del Estado. Y no solo eso, sino que al aumentar el desempleo, aumentarán los subsidios del paro y posiblemente otras transferencias a las familias, en una cantidad más difícil de estimar pero que seguramente no fuese inferior a 1.000 o 1.500 millones de euros.
Es verdad que, al disminuir la provisión pública de servicios de educación y salud que conlleva ese recorte, un
determinado porcentaje de la población optaría por adquirirlos en el sector privado, de modo que el efecto que acabo de señalar ser vería compensado, aunque es evidente que no sería realista pensar que lo hiciera en la misma magnitud. En definitiva, y dejando aparte el efecto distributivo y la connotación ética que sin duda tendría el recorte, lo cierto es que su efecto final sobre el déficit es bastante más reducido del que pretende alcanzar el gobierno. Digamos que aunque es buena noticia para los proveedores privados de servicios educativos y sanitarios, es una medida que seguirá siendo insuficiente para los especuladores que lo que están haciendo es apostar con ventaja y a tiro fijo sobre el hecho evidente de que con estas políticas de austeridad (y con formas de actuar como las del Partido Popular en la oposición y en el gobierno) no se va a poder reducir decisivamente el déficit público español.
Y es precisamente esta última circunstancia la que me lleva a una consideración final, pero que no es la menos
importante. La actuación del gobierno me parece que supone una auténtica traición a la Nación a la que debería defender. ¿Para qué diablos sirve que nos gastemos miles de millones de euros en el Ministerio de Defensa si resulta que los verdaderos ataques que sufre nuestra población no vienen de fuerzas militares sino de los mercados, y nuestros gobiernos, en lugar de hacerles frente para defenderla, se pliegan ante ellos de manera tan cobarde?
Se podría argumentar con razón que recurrimos a los mercados para financiar nuestros gastos (e incluso que
algunos de estos han sido innecesarios e injustificables y que nuestra economía necesita reformas profundas para evitar que se repitan en el futuro) y que es lógico que los mercados sean los que impongan entonces sus
condiciones pero ¿hemos de aceptar sin más que los grupos financieros que dominan los mercados los manipulen para alzar artificialmente el precio de la deuda o que impongan los derechos que puedan o no disfrutar nuestros ciudadanos y las medidas de política económica que ha de adoptar nuestro gobierno?, ¿no han generado así una deuda odiosa e ilegítima a la que tenemos el derecho de repudiar?, ¿no tienen nuestros gobiernos el deber moral y político de denunciar lo que está ocurriendo, de reclamar a las autoridades europeas que igualmente la condenen y la repudien, en lugar de limitarse a aceptar los dictados de los terroristas financieros? ¿Debemos limitarnos sin más a pertenecer a un club que permite que eso suceda, que nos arruina y que institucionaliza el saqueo de las arcas públicas por los bancos y los especuladores privados, como sucede cuando se permite que el Banco Central Europeo prácticamente regale a los bancos todo el dinero que quieran para que resuelvan sus quebrantos patrimoniales especulando y comprando deuda de los gobiernos dejando sin financiación a las economía, en lugar de que lo proporcionen a los Estados y estos garanticen el funcionamiento normal de las empresas y de la economía en su conjunto? Las enciclopedias y diccionarios dicen que traicionar a la Patria es colaborar o asociarse con elementos non gratos o enemigos defraudando así a los nacionales y perjudicando sus intereses, ¿no es evidente entonces que la traiciona el Gobierno que renuncia a defender la soberanía nacional y que daña a sus ciudadanos con tal de contentar a quienes dominan los mercados?

Beneficio Operativo = EBITDA

Para completar la entrada anterior referente a los beneficios del grupo Cirsa os colgamos una entrada de 2005 donde explica qué es el EBITDA.


La trampa del Ebitda

Jaume Llopis - 18/04/2005 en Cinco Días.
Profesor de IESE Business School (Universidad de Navarra) y profesor invitado en IPADE (México), San Telmo (Sevilla), AESE (Lisboa) y Escuela Internacional de Gerencia (Granada). Es miembro del consejo de administración de varias empresas europeas y latinoamericanas. Licenciado en Ciencias Económicas por la Universidad de Barcelona y MBA por el IESE. A lo largo de su trayectoria profesional, ha asumido puestos de alta dirección en Agrolimen, Moulinex, Carnation, Nestlé, Sarrió, Persan, AGF Unión-Fénix y Grupo Borges. Es experto en mercados de consumo y distribución en Europa, EE.UU. y Latinoamérica. Member of the Telefónica’s Disruptive Council.
El Ebitda se puso de moda al inicio de la época de la burbuja tecnológica, cuando las empresas se lanzaron a compras desenfrenadas, mediante apalancamiento, sin importar mucho el precio, siempre excesivo, que se pagaba. Era una época de búsqueda afanosa del crecimiento, de ganar cuota de mercado, como objetivo prioritario.
En mercados crecientes y en expansión no es una mala estrategia poner el énfasis en lograr crecer más o como mínimo igual que el mercado, a fin de poder tener una situación competitiva y estar entre los líderes del sector. Pero esto lleva, muchas veces, a crecer sin la suficiente rentabilidad y a poner a la empresa en una situación delicada ante cambios bruscos hacia coyunturas desfavorables.
Con el Ebitda (earnings before interests, taxes, depreciation, and amortization), es decir, dando el resultado sin tener en cuenta los intereses, los impuestos, la depreciación y las amortizaciones, se daban unas cifras presentables, sin que en la cuenta de explotación se viera el efecto siempre negativo del exceso de gastos financieros, y del aumento de las amortizaciones que las adquisiciones comportaban. Todo ello, pensaban los partidarios del Ebitda, será de sobra compensado en un futuro cuando el aumento de tamaño, y las economías de escala, mejoren el verdadero resultado.
Pero la burbuja tecnológica estalló y sigue habiendo muchos partidarios del Ebitda. En primer lugar, los que no han podido aún encontrar las sinergias suficientes para rentabilizar adquisiciones realizadas con deuda y a precios excesivos. En segundo lugar, aquellos que quieren disimular el excesivo endeudamiento de sus empresas, y, en definitiva, todos aquellos que no pueden dar un resultado neto positivo.
Pero, ¿qué empresa es la que no tiene gastos financieros, no paga impuestos ni tasas y no tiene depreciación y amortizaciones? Medir el resultado de una empresa mediante el Ebitda es una trampa, porque no refleja la verdadera rentabilidad de la empresa. Sin embargo, proliferan y sigue habiendo muchos partidarios de dar los resultados mediante el Ebitda, que a veces vemos traducido en nuestro idioma como 'resultado bruto de explotación'.
Por esto, a mis alumnos les prevengo, y les advierto que desconfíen cuando vean o lean que una compañía da sus resultados con estos parámetros, porque generalmente son compañías que pierden dinero.
El único verdadero resultado de una empresa es el beneficio neto después de impuestos, el puro y duro bottom line y, si me apuran, acepto el cash flow, ya que en realidad refleja los recursos que genera la empresa. Todo lo demás son trampas y artificios para confundir.
Y de ahí, que sea un firme defensor y practicante de lo que me enseñó hace años un antiguo jefe mío, cuya oficina central estaba en Los Ángeles. Me decía: 'Puesto que cuando yo trabajo tú duermes (por la diferencia horaria) y viceversa, tu objetivo es lograr un equilibrio entre el bottom line y el market share'. Es decir, el objetivo era lograr un bottom line (beneficio neto después de impuestos) razonable, junto con un crecimiento sostenido del market share (cuota de mercado).
Estoy firmemente convencido de que esta es la fórmula perfecta del equilibrio de una empresa, que asegura la rentabilidad y la supervivencia a largo plazo. Tan malo es ganar mucha cuota de mercado y tener pérdidas, ya que no es sostenible mucho tiempo, como malo es tener mucho beneficio neto e ir perdiendo cuota de mercado, porque, de seguir así, cada vez tendrás menos parte del pastel y al final sólo te quedará las migajas y con ellas sólo podrás generar pérdidas.
A veces, me encuentro con empresarios que me dicen: 'Estoy muy contento porque este año he aumentado mis ventas un 10%'. Y yo les pregunto: '¿Cuánto ha aumentado tu mercado?, porque si ha crecido un 15% no vas bien, ya que pierdes participación'.
En definitiva, considero que el Ebitda es una trampa, excusa, mayoritariamente, de las empresas que no tienen buenos resultados y que debemos asegurar el futuro de la empresa con resultados reales satisfactorios (beneficio neto después de impuestos o cash flow) al mismo tiempo que ganamos participación en nuestro mercado.

Si Roosevelt supiese de la reforma laboral de Rajoy

La nueva norma desampara al trabajador y espera de él que se porte como un héroe

Poco antes del día D y el desembarco aliado sobre la playa Omaha en las costas de Normandía, se celebró la XXVI Conferencia Internacional del Trabajo en la ciudad norteamericana de Filadelfia. El presidente Roosevelt decidió recibir en la Casa Blanca a los delegados de la Conferencia que acababan de aprobar una Declaración fijando los objetivos programáticos de la OIT. Roosevelt les dijo: "Creo rotundamente que las generaciones futuras la considerarán un hito en la evolución del pensamiento mundial". Hoy sabemos que la Declaración de Filadelfia, de 10 de mayo de 1944, fue decisiva para el advenimiento de la Carta de Naciones Unidas y la Declaración Universal de Derecho Humanos.
Frente al aprovechamiento abusivo de las necesidades ajenas y el desprecio a la dignidad de las personas en nombre del empleo y la eficacia productiva, la Declaración de Filadelfia fue, sobre todo, una alternativa ética a los desmanes de la economía de mercado y de la sociedad industrial del momento.
En un mundo en crisis se abría paso la idea de que la equidad y la cohesión social —presupuesto de toda sociedad justa— no solo tenían que estar presentes en el momento de procederse a la redistribución de la riqueza, sino también en el de su creación. Por eso, el primero y más conocido de los principios de la Declaración proclama que “el trabajo no es una mercancía”.
El "valor del trabajo" jamás debe confundirse con "los costes salariales"; el dumping social por el empleo es una práctica que ha de ser proscrita por contraria "a la dignidad, a la seguridad económica y a la igualdad de oportunidades" que siempre deben condicionar el derecho de todo ser humano a "perseguir su bienestar material". Y finalmente, en nombre de la libertad individual, la ley nunca debe amparar la imposición por el empleador de las condiciones de trabajo o consentir modificaciones unilaterales de la relación laboral.
La reforma laboral de Rajoy desconoce tan elementales principios. Introduce el despido sin causa justificada, permite al empleador bajar unilateralmente los salarios y cambiar las condiciones esenciales de trabajo alegando motivos económicos vinculados a la producción; y, por si no fuera suficiente, también le indica el camino a seguir para "descolgarse" con comodidad del convenio colectivo.
Reformar no es adecuar la ley a una realidad económica socialmente injusta
Cuando el empleo es un bien muy escaso, los contratos de adhesión encubren formas modernas de esclavitud. Te doy de comer, luego calla. La dignidad en el trabajo no es posible sin el reconocimiento de los principios de libertad en la contratación y de diálogo y negociación de las circunstancias sobrevenidas. La reforma sustituye la libertad en el trabajo por la vieja y peligrosa idea del trabajo como presupuesto para la libertad.
Con el nuevo marco legal el empresario puede modificar unilateralmente las condiciones esenciales del contrato, incluido el salario, de suerte que al trabajador solo le queda o bien pedir su extinción y cobrar una indemnización que la reforma notoriamente reduce; o bien acudir al juez —opción que se convierte en una carga muy gravosa al suprimirse los salarios de tramitación para el despido objetivo—; o, por último, resistir en la humillación, consciente de que en un contexto de grave desempleo la dignidad no da de comer a la familia. La ley no solo desampara al trabajador sino que espera de él que se comporte como un héroe.
En una economía abierta los convenios colectivos evitan la competencia a la baja en las condiciones de trabajo y, por tanto, el abaratamiento especulativo de los derechos de los trabajadores. Sin negociación colectiva, la igualdad y la seguridad en el trabajo serían una quimera. Nuestros constituyentes lo sabían y, por eso, lo garantizaron. A pesar de todo ello, la reforma autoriza al empresario a “descolgarse” del convenio en materias fundamentales para los trabajadores (rendimiento, cuantía salarial, jornada, horarios…) sin contar con su consentimiento.
Un último ejemplo: si la relación de trabajo tiene por límite la dignidad, ninguna ley debe situar a un trabajador ante el dilema de tener que elegir entre poner en peligro su salud o arriesgar su empleo. La reciente reforma laboral así lo hace, al considerar causa de despido dos bajas justificadas por enfermedad que sumen nueve días en dos meses.
La derecha española sostiene que medidas tan regresivas son imprescindibles para hacer frente a la dramática situación de nuestro mercado de trabajo. Por su parte, las autoridades económicas europeas ven oportuna la reforma a sabiendas de que su fin último es abaratar los salarios, lo que —en su liberal criterio— es imprescindible para que España evolucione en la línea más conveniente para solventar los problemas vinculados a la deuda soberana que padecen los países de la zona euro.
¿Se imaginan un Gobierno que derogase mediante decreto ley las normas que impiden la usura y los préstamos abusivos, porque concurre una circunstancia económica excepcional que obliga a favorecer el consumo y potenciar la libertad de contratación en el mercado del crédito?
Reformar no es adecuar la ley a una realidad económica socialmente injusta. Reformar es reaccionar frente a la injusticia. Franklin D. Roosevelt lo sabía.
Francisco Caamaño es catedrático de Derecho Constitucional y diputado del Grupo Parlamentario Socialista.

El problema es mayor que el 1%. Es el 10%

12 abr 2012, www.publico.es
Vicenç Navarro

Catedrático de Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y Profesor de Public Policy. The Johns Hopkins University

Una consecuencia de las políticas neoliberales llevadas a cabo en la mayoría de países de la OCDE desde la época del Presidente Reagan en EEUU y de Margaret Thatcher en Gran Bretaña, ha sido la enorme concentración de las rentas en aquellos países, alcanzando niveles desconocidos desde la época que precedió a la Gran Depresión a principios del siglo XX. Un caso claro es EEUU. En el año 1929, el 1% de renta superior de la población tenía el 24% de toda la renta del país. Las reformas New Deal introducidas por el Presidente Franklin Roosevelt (que es todavía hoy el Presidente más popular que ha tenido EEUU), que consistieron en el establecimiento de políticas redistributivas, en la introducción de políticas sociales universales (como la Seguridad Social), en facilitar la sindicalización -que causó un gran aumento de los salarios-, así como en el aumento del gasto público en inversiones en la infraestructura del país, -creando gran cantidad de empleo- determinaron una reducción muy notable de tal concentración de las rentas y riquezas. Las políticas redistributivas se mantuvieron durante el periodo 1934 a 1978. Incluso durante la administración Republicana del Presidente Eisenhower, el 1% superior de la población (los súper ricos) pagaron en impuestos por sus ingresos casi un 80% de su renta.

Tales políticas cambiaron desde el establecimiento del neoliberalismo, a partir del Presidente Reagan, introduciéndose medidas opuestas a las realizadas en la época anterior. La progresividad fiscal se diluyó, los programas de carácter universal se redujeron y los sindicatos fueron debilitados como consecuencia de intervenciones públicas (tales como la desregulación de los mercados laborales) que determinaron, de nuevo, una enorme concentración de las rentas, alcanzando su máximo de nuevo en el año 2008, cuando poseyeron de nuevo el 28% de la renta nacional. Esta enorme concentración de las rentas creó un problema económico mayor. Esta concentración se consiguió a base de la reducción de las rentas del trabajo, creando con ello un problema de demanda de mayores proporciones. Como había ocurrido en los años veinte del siglo XX, la polarización de las rentas en aquel momento causó la Gran Depresión, de una manera semejante que ahora esta concentración ha originado la Gran Recesión.

Este 1% de la población es el que consigue sus ingresos predominantemente de las rentas del capital y tiene un enorme poder financiero, empresarial, mediático y político, pues controlan los medios de financiación, de producción, de información y difusión, con la complicidad del Estado, cuyas políticas han facilitado tal concentración. De ahí que el movimiento Occupy Wall Street en EEUU los señale, con razón, como los responsables de la crisis financiera y económica. (Es interesante subrayar que es un indicador de la enorme influencia mediática y política de los súper ricos que la concentración de las rentas y de las riquezas como causa de la Gran Recesión apenas aparece en los medios).

Ahora bien, hay que concienciarse de que por mucho poder que tenga este 1% (y lo tiene, y mucho), su poder se apoya en una parte de la sociedad (otro 9%) cuyas rentas dependen de la existencia de este 1%. Es decir, el 1% es parte del 10% de renta superior que consigue amplios beneficios de esta concentración de la renta. Este 10% controla hoy el 52% de toda la renta de EEUU, habiendo seguido una evolución semejante que la del 1% descrito anteriormente. En 1928 tenía el 52% de la renta. Bajó hasta el 32% en 1978, para subir de nuevo al 52% en el 2008.
El problema, pues, no se limita al 1%, sino al tope 10%, que incluye a los profesionales al servicio del sistema financiero, económico y mediático del país y de cuyos servicios obtienen enormes beneficios.

Entre este 10% están todos los que dirigen las instituciones reproductoras del sistema financiero, económico y mediático, y cuyo poder de reproducción de valores y promoción de imágenes (como es la promoción de la postura de que no hay alternativas a las que el establishment propone) es vital para la permanencia del sistema. Hoy tales instituciones tienen un dominio sobre el Estado y una hegemonía sobre los aparatos culturales e ideológicos que facilitan tal control. De ahí que, aún cuando los que “mandan” en la sociedad son sólo un 1% de la población, este mando no puede ocurrir sin este otro 9%, sumando un 10% que no va a ser fácil de cambiar.

Ahora bien, hay que ser también conscientes de que la gran mayoría de la población hoy sabe quiénes son los responsables y su movilización puede forzar este cambio. Según las últimas encuestas realizadas en EEUU, la mayoría de la ciudadanía (que varía según la encuesta de un 68% a un76%) no cree que la economía funcione para el bien de todos, y una mayoría semejante no cree que el Congreso de EEUU represente sus intereses. Un tanto parecido ocurre en la gran mayoría de países de la OCDE. Concretamente, en España, la mayoría de la población no cree que la economía esté funcionando para el bien de todos o que la clase política responda a sus intereses. La causa de esta alienación política es fácil de ver, aún cuando sea difícil leerlo u oírlo en los mayores medios de información: la enorme concentración de las rentas y de las riquezas en un sector minoritario de la población (no más de un 10%) y su excesiva influencia política y mediática en nuestras sociedades. Y la población es consciente de ello. De ahí el enorme temor y represión del sistema hacia estos movimientos sociales, como el movimiento 15-M en España o el movimiento Occupy Wall Street en EEUU que, continuadores de movimientos contestatarios como los sindicatos y otros movimientos sociales, critican al sistema, subrayando la falta de coherencia entre discurso y narrativa oficial pro democrática del establishment político y mediático del país por una parte, y la realidad profundamente antidemocrática que aparece en sus prácticas cotidianas y en sus políticas públicas, todas ellas llevadas a cabo sin ningún apoyo o mandato popular.

EVOLUCIÓN DE UNA MULTINACIONAL CATALANA

Cirsa mejora su beneficio por el tirón del negocio del juego en Latinoamérica e Italia

El beneficio operativo de la compañía en el 2011 fue de 290 millones, un 11,5% más que en el 2010


La compañía especializada en el negocio del juego y el ocio Cirsa Gaming Corporation registró en el 2011 una mejora de su beneficio operativo del 11,5%, con lo que llegó a los 290 millones. El buen resultado de los casinos y bingos de Cirsa en Latinoamérica e Italia fue la clave de la consecución de esta mejora a pesar del momento complicado del sector en España.

Cirsa asegura que ha consolidado su posición como primer operador de casinos en Latinoamérica después de llevar a cabo importantes inversiones como la inauguración de dos casinos en Panamá y la adquisición del primer bingo en la provincia de Buenos Aires.

El casino de Valencia

En España, la compañía ha situado el casino de Valencia como el tercero del país con 265.000 visitantes anuales. Además, la empresa presidida por Manuel Lao ha conseguido un 57% de participación en la venta de máquinas de juego en la hostelería.
Para el 2012, Cirsa prevé un "entorno económico difícil y complejo" en el que continuará con su estrategia de rentabilizar sus negocios actuales junto a "inversiones selectivas ejecutadas con el máximo rigor".

Aleix Saló

Os recomendamos que visitéis la página de Aleix Saló, una muestra de que los jóvenes también tienen algo que decir respecto a la situación actual.

http://www.aleixsalo.com/

jueves, 12 de abril de 2012

A POR LO PÚBLICO

Por
Anton Losada
 
– 11 abril, 2012 en "El Periódico de Catalunya"

¿Qué tiene que ver implantar el euro por receta con la prima de riesgo? Nada ¿Qué relación existe entre aumentar el número de alumnos por aula y la confianza de los mercados? Ninguna. Solo aquella que establece la ideología del gobierno y el presidente que ocupa la Moncloa.

En la visión del mundo del gobierno Popular, los recortes traen crecimiento y el problema de España es el estado. Y si la realidad de los mercados no lo confirma y la prima de riesgo se dispara o no se coloca la deuda, la respuesta es acelerar el paso, nunca variar el rumbo. Les guía la fe, no el conocimiento.
La reforma laboral utilizó al paro y la crisis para implantar un modelo ideológico de relación laboral donde le trabajo es un coste que hay que abaratar. Ahora con la excusa de la crisis y la amenaza de la intervención, se procede al desmonte por las bravas del precario estado del bienestar que habíamos construido en España para ir al modelo que le gusta a derecha española: el que pueda pagar que tenga servicios y el que no pueda….. pues eso, no puede.

El país que invierte en sanidad y educación por debajo de la media de la OCDE y muy por debajo de los países de referencia de la UE 15, ha decidido que la sanidad y la educación son su problema. ¿Por qué? Porque son públicas, porque son negocio y porque el gobierno cree firmemente que lo público es una anomalía a corregir en la normalidad de lo privado.

miércoles, 11 de abril de 2012

La economía desbocada

EL PAÍS | 10 de abril de 2012
por GABRIELA MASSUH

Nació en Tucumán (Argentina) y se doctoró en la Universidad de Nüremberg (Alemania). Ha sido profesora universitaria, traductora de autores como Kafka, Heiner Müller, Schiller o Brecht y directora cultural del Instituto Goethe Buenos Aires. Directora de la editorial Mardulce, se ha encargado de la edición y traducción del libro de Elmar Altvater Los límites del capitalismo. Acumulación, crecimiento y huella ecológica. Es autora de títulos como Formas no políticas del autoritarismo, Benjamin en América Latina, ExArgentina, La Normalidad y La intemperie.

La economía desbocada

[Una aproximación al pensamiento de Elmar Altvater]

La crisis económica internacional parece no tener fin. Desde la quiebra de Lehman Brothers en 2008, los gobiernos del hemisferio norte no han cesado de articular estrategias para salvar a bancos, empresas y estados al borde de la quiebra. El estallido de la burbuja financiera generó un escenario de bizarra inestabilidad donde anunciar el default de países como Grecia, Irlanda, España o pronosticar la inminente claudicación del euro como moneda europea son parte de un escabroso libreto cuyo autor, al parecer, se ha vuelto loco o simplemente llegó al límite de su creatividad.
 El origen de la crisis de la eurozona tiene tantas interpretaciones como escuelas económicas la analicen. Según el ángulo desde el que se la mida, sus causas son “los profundos desequilibrios monetarios que los fundadores de la UE no quisieron ver” (Jacques Delors), o “el mal manejo y la dilapidación de las finanzas públicas en países con administraciones cuasi corruptas” (Wolfgang Schäuble, ministro de finanzas de Alemania), o “los ataques de los especuladores contra el euro, la moneda más fuerte del mundo” (Papandreu ante la UE), o “el torrente de dinero barato que fluyó en los primeros años del euro en las arcas de los países del sur de la Unión generando burbujas inmobiliarias y una falsa ilusión de bienestar” (varios), o también “los costes alemanes del trabajo que han caído desde hace una década respecto los otros países de la eurozona, ejerciendo presiones sobre el crecimiento de éstos” (OIT).
El peor de los pecados: la soberbia
De las tantas interpretaciones, la del politólogo alemán Elmar Altvater (de quien la editorial argentina Mardulce acaba de publicar Los límites del capitalismo) se parece a la que recientemente dio Felipe González en una columna del diario Clarín de Buenos Aires (28.1.2012). El expresidente del gobierno español se remontaba al modelo triunfante del neoconservadurismo desregulador que se inicia hacia 1980 y domina la escena de la globalización hasta el estallido de 2008. Remataba con una referencia a la actualidad: “La habilidad neoconservadora, la de los actores financieros, la de las agencias de calificación consiste en hacernos olvidar las correcciones de fondo que necesita el modelo de economía financiera sin regulación y llena de humo que nos llevó a esta catástrofe. Los gobiernos están condicionados obsesivamente por las “primas de riesgo”, las valoraciones de las agencias –sin legitimidad alguna, ni de origen ni de ejercicio.”
 Casi podría decirse que en toda la producción de Altvater se encuentran las cifras, estadísticas y teorías que prueban la certeza de la opinión de González. El enjambre de interrelaciones planetarias producto de la globalización permite suponer que el alcance de la actual crisis de Europa no se limite solamente a la bancarrota del estado griego, ni siquiera a poner en jaque a la Unión Europea o a hacer tambalear el euro. Para Elmar Altvater, los sucesivos intentos de salvataje de Grecia, que se prolongan agónicamente a lo largo de los últimos meses, no hacen más que echar leña al fuego de un portentoso incendio que tiene larga data. Lo que está puesto en juego, dice Altvater, no es el dinero ni las finanzas, sino la convivencia democrática misma. De todos los economistas alemanes, Altvater es tal vez el más radical; no por su postura política, sino por la amplitud de los contextos de su análisis. A primera vista es marxista y ecológico, dos características que juntas constituyen una paradoja. Sin embargo, quien se interne en su pensamiento, realizará que ese marxismo no es un credo, sino uno de los instrumentos más eficientes para entender las contradicciones internas de la economía. Altvater, a quien los desplantes de la canciller Merkel disciplinando a los países del sur de la Unión con el dedo alzado le parecen un despropósito, tiene una cualidad difícil de encontrar en Alemania. Se trata de una visión totalizadora que, por un lado, analiza un fenómeno desde su origen histórico hasta sus repercusiones actuales y, por el otro, amplía sus repercusiones en una geografía extendida hacia todos los puntos del planeta, más allá de las fronteras de Europa. Se diría que es un economista a la Borges: no hay hecho, por nimio que sea, que no implique el universo entero. Pero su abordaje de la economía no es literario, sino eso que los alemanes calificarían como “científico”, es decir, legítimo en tanto que no elude la complejidad de sus actores múltiples. En sus innumerables libros desmenuzó, por ejemplo, el efecto del mercado mundial sobre los países del antiguo tercer mundo o la relación entre los mercados y la depredación ambiental. “Nunca separé a la economía de la política y del análisis social.” Sus investigaciones se dedican a hacer visible y entendible cómo, en un contexto mundial, el poder hegemónico se sirve de la economía para ejercer dominio.
 Elmar Altvater nació en Kamen, una ciudad anodina en la zona industrial de las minas de carbón, hoy cercada de desocupados y autopistas. Su padre era minero; el mismo Altvater tuvo que pagarse sus estudios de economía en Munich trabajando como guardia del ferrocarril y obrero de la construcción. Aquel estudiante de origen proletario era un bicho raro dentro del panorama de un estudiantado más bien burgués. Por cuenta propia comenzó a leer El Capital de Marx e hizo su doctorado sobre problemas de contaminación en la vieja Unión Soviética. La elección de un tema tan exótico para los años que corrían (1968) son un anticipo de aquello que lo ocuparía de allí en más: el conflicto entre las formas de producción, la política y el entorno ambiental. En 1970 fue designado profesor titular de economía política en la Universidad Libre de Berlín, cargo que mantuvo hasta su retiro y no le impidió ser miembro fundador del partido verde, ser miembro de ATTAC o asesor del canciller Schröter. Durante los años 90 fue uno de los primeros en prevenir sobre los riesgos de la globalización; siempre se mantuvo alerta respecto del nacimiento de nuevos sujetos sociales, de aquellos movimientos que articularan lazos sociales más justos y solidarios. Hoy por hoy es uno de los escasos críticos del desarrollo interpretado como incremento del producto bruto; no cree que la acumulación se “derrame” sobre las capas sociales más necesitadas, sino que, por el contrario, hace más profunda la brecha entre ricos y pobres.  Su crítica al capitalismo es radical y no es solamente económica, sino cultural. A pesar de que sus análisis culminen siempre con propuestas viables de cambio, sus colegas del main stream suelen descalificarlo con rótulos estigmatizantes; sucede que Altvater es un pensador incómodo, pone el dedo en esa llaga que los medios, la política y las corporaciones difícilmente estén dispuestos a digerir; no sólo porque los pone en cuestión, sino porque sabe señalar esos mecanismos del presente que jaquean la posibilidad de un futuro democrático y solidario para todos.
El desmadre de la economía
Altvater es feroz cuando se trata de analizar los intentos actuales de la Unión para superar la crisis del euro. “La estrategia política pretende estabilizar a los mercados destruyendo salarios, puestos de trabajo, seguridad social y derechos adquiridos. Lo que hay que hacer es lo opuesto: frenar el desafuero de los mercados financieros, civilizar a sus actores, controlarlos y regularlos”, le dijo en octubre de 2011 al movimiento Occupy de Berlín cuando este lo invitó a dar una charla.
Altvater parte de un concepto que usó Karl Polanyi para analizar la única crisis que, en sus dimensiones, puede compararse con la actual: la gran depresión de los años 30 que sucedió al crash de la bolsa de Nueva York de 1929. Para Polanyi, el capitalismo hacía que la economía, antes un factor al servicio de la comunidad, se desentendiera del contexto social y pasara a regirse por leyes propias operando de manera independiente, organizando a su alrededor todos los procesos sociales.  Se trataba de una disembedded economy, en castellano, una economía “fuera de cauce”, desbocada, sacada de cuajo. Este es el concepto que aplica Altvater cuando demuestra que los procesos sociales, culturales, ecológicos, etc., son medidos en la actualidad exclusivamente por su eficiencia económica.
Dentro de un ciclo de memoria a corto plazo, esta crisis se remontaría a los años 70, concretamente, al momento en el que empieza la desregulación del mercado financiero luego de que los Estados Unidos dejaran sin efecto la cláusula de Bretton Woods que imponía el cambio fijo. El cambio fijo no permitía la especulación financiera; una vez suprimido, las diferentes plazas financieras empiezan a competir entre sí por ofrecer y generar rendimientos e intereses cada vez más altos. En el año 1973, año de la suspensión de la paridad cambiaria, circulaba en el mundo tanto dinero como mercancías. En 1989, ya circulaba 90 veces más dinero que mercancías. Aquella diferencia dio origen a la gigantesca burbuja que hoy amenaza con deglutirse al mundo; una burbuja en la que toda respiración es en definitiva artificial porque el dinero, al carecer de respaldo objetivo, se convierte en sí mismo una mercancía.
 El universo de las finanzas crece mucho más rápido que la economía real. El dinero “rápido” impone su lógica interna y comienza a generar “productos” para simular el valor que antes le confería el respaldo de la mercancía. Este exceso de dinero circulante es responsable, según el economista alemán, de las conocidas cadenas de eclosiones económicas de las últimas décadas: la crisis de la deuda de los países de América Latina en la década de 1980, la crisis de Rusia y los tigres asiáticos en los 90, la de la "New economy" alrededor del 2000, la "subprime-crisis" hipotecaria en los Estados Unidos en 2007 (que se llevó puesta a la banca Lehman Brother al año siguiente) y finalmente, la crisis de la deuda de los estados de la UE que, según Altvater, no es la última.
El capitalismo en su versión actual es sustancialmente un capitalismo financiero. Si bien los excedentes económicos provienen de la "economía real", es decir, de la producción y del trabajo de obreros y asalariados, estos excedentes (medidos en el PBI o en las tasas de crecimiento) se han visto reducidos drásticamente en los últimos años. Al no haber excedentes reales, el capitalismo financiero procura que el dinero en sí mismo genere excedentes: los inversores buscan nuevas plazas, las que ofrecen mayores dividendos. Todo sirve y la inventiva es inagotable; cualquier cosa puede convertirse en objeto de especulación financiera, por ejemplo, los derechos de contaminación de la atmósfera terrestre que se ofrecen en todo el planeta como “bonos de emisión”, o bien, los credit default swaps, esa urdimbre bochornosa por la que una institución que otorga un crédito contrae una especie de seguro de insolvencia más alto que el crédito otorgado, de tal manera, que la bancarrota de su deudor termina por ser más lucrativa que si le pagara la deuda. La quiebra de Lehman Brothers llevó a gran parte de la banca de inversiones al borde del colapso; el problema fue que los estados se dedicaron a salvar la banca con “dinero real”, inyectándoles préstamos a tasas ridículamente bajas, que los bancos, a su vez, volvían a prestar a los estados endeudados a tasas de interés ridículamente altas. Así se genera la situación en la que se está hoy: una economía estrangulada, obligada a ahorrar, a producir cada vez más para paliar el vacío, generando millones de desocupados, pobres y hambreados que asisten boquiabiertos al juego de producir valor a cualquier precio.
 “El capital siempre va por más” sostiene Altvater. En alemán, los fondos buitres se llaman “fondos langosta” porque saltan de un lado a otro. Una vez que las consecuencias devastadoras del crash de Lehman Brothers fueran contenidas por el endeudamiento del estado norteamericano, la langosta brincó sobre el Atlántico y se posó sobre Europa. Allí está ahora. En este último movimiento, Altvater interpreta una intención implícita de desestabilizar al euro. Esto parece teoría conspirativa, pero no lo es y se explica de la siguiente manera: los EEUU alcanzaron el límite legal de su endeudamiento en mayo de 2011 (14,3 billones de dólares en ese momento), de manera que bien habrían merecido ser degradados en el ranking que emiten las agencias calificadoras de riesgo. Poco antes, durante el año 2010, China había empezado a comprar euros como moneda de reserva ya que el dólar se encontraba un 40% por debajo de su valor comparado con una canasta de monedas de referencia. Cada vez que cualquiera de las tres calificadoras de riesgo (Standard & Poor´s, Moody´s y Fitch que concentran el 95% mundial de las calificaciones) baja el ranking de cualquier país europeo a causa de su deuda, el euro se debilita y fortalece indirectamente al dólar. Para Altvater, las calificadoras no sólo han sido un permanente escollo en la solución de la crisis de la deuda, sino que también son responsables de haberla impulsado. Antes de que estallara, no sólo proveyeron a la especulación de “armas de destrucción masiva” de alto calibre, sino que ahora se esmeran en ignorar el efecto nocivo de esas armas negándose a aceptar medidas para regular el mercado financiero.
 El Tsunami no se mantiene en el universo de las finanzas; termina amenazando a la economía real, destruye estructuras sociales e impone situaciones cada vez más precarias dentro de las diferentes naciones. Según índices del FMI, las partidas del PBI para salarios ha descendido en Europa un 10% desde 1990. Como decía Marx: todo capital invertido en la especulación es “ficticio” y nadie sabe a ciencia cierta con cuánto dinero se cuenta.  Finalmente: ¿quién paga la deuda? La capacidad de los estados se ha debilitado por varias causas, sobre todo una que se suele olvidar: la complicidad entre bancos, corporaciones, consultoras y main stream político que se ha encargado desde hace años de bajar siempre más los impuestos con la excusa de la competitividad. Los estados europeos se lanzaron a atraer inversiones, bajando los impuestos a la riqueza y al emplazamiento de capitales. Como moscas cautivadas por el aroma de la miel, empresas e inversores volaron a establecerse en Irlanda cuando bajó al 12% la tasa impositiva, cifra muy inferior a la media europea. En poco tiempo, Irlanda se convirtió en el “tigre celta”. Cuando el estado se vio en la obligación de socorrer a los bancos afectados por la crisis hipotecaria de 2007, el tigre se vino abajo. ¿Quiénes tuvieron que pagar? El pueblo de Irlanda a través de un drástico recorte de los gastos en salud pública, pensiones, educación y cultura, medidas que le exigió la Unión Europea para salir del marasmo.
Los estados europeos no sólo se resisten a controlar a los bancos, sino que, con el fin de salvarlos, continúan profundizando el  proceso de privatización de los bienes estatales. El resultado está a la vista y, en mayor o menor medida, los ciudadanos europeos lo sienten en carne propia: los recortes pasan por la educación, la salud, el gasto social y los sistemas de retiro. Hoy por hoy los gobiernos de la UE se encuentran embretados por las leyes del mercado financiero, funcionan como títeres de una coyuntura cada vez más acelerada en la que ninguno está dispuesto a ceder y menos a compartir. En este punto, Altvater es muy duro con la política alemana. La Unidad Europea es un sistema de vasos comunicantes, sostiene. Los excedentes de la balanza de pagos de un país se corresponden con el déficit en la balanza de pagos de otro. Por lo tanto, la deuda de los griegos podría reducirse si, de manera recíproca, también se reduce la riqueza, por ejemplo, de Alemania. ¿Cómo se hace? Volviendo a imponer en Alemania el impuesto a la riqueza. Pero los alemanes no están dispuestos. ¿Por qué? Porque no quieren espantar a los inversionistas.
Durante el apogeo de la crisis, la tasa de interés que los bancos le imponen a Grecia es quince veces mayor que la que le imponen a Alemania. Prestarle dinero a Grecia fue en su momento una mina de oro para los bancos y un remedio fatal para Grecia. Por eso es un despropósito sostener, tal como se hace actualmente en Alemania, que la hecatombe de Grecia se debe solamente a al mal manejo de las cuentas públicas. Más bien, se trata de lo opuesto: en plena crisis los bancos florecen porque el Banco Central Europeo les presta dinero a tasas ridículas, dinero que vuelven a prestarle a Grecia, a Italia o a España a tasas usureras.
 Peak oil: el fin del capitalismo como lo conocemos
Hasta aquí el somero análisis del panorama financiero que condujo a la crisis actual del euro. Si bien el panorama señala las causas técnicas del proceso de degradación, éstas se insertan, para Altvater, en un contexto mucho más profundo y abarcativo que proviene de las leyes inherentes al capitalismo como productor de riqueza. El main stream económico insiste en que no hay manera de salir del marasmo sin una palabra mágica: crecimiento. A la Grecia fundida se le recomienda hoy producir más y estimular el consumo para volver a otorgarle respaldo al dinero. Entronizado por el poder económico como factor único para medir el desarrollo y el bienestar, el crecimiento se transforma para Altvater en ese fetiche que el sociólogo alemán Niklas Luhman consideraba una entelequia usada por los políticos para prometer islas de bonanza nunca podrían alcanzarse. La obsesión por el crecimiento es tan contundente como su falta de viabilidad. Las razones: el motor del capitalismo, el que lo hizo crecer, desarrollarse, expandirse y entronizarse como único credo en medio de religiones bastardas, está en proceso de agotamiento. Más allá de encarnar la parábola del progreso, del conocimiento científico y del bienestar de los pueblos, más allá de los daños irreversibles que produjo inundando la tierra y los mares de basura a perpetuidad, ese motor, el petróleo, no tiene sustituto. Nada existe que pueda compararse a la facilidad de su traslado, a su posibilidad de concentrarse y centralizarse, no hay otra energía que sea congruente con los índices de crecimiento del capitalismo tal como lo conocimos hasta ahora. Por más que a ultranza los centros de poder pretendan mirar para otro lado, el sistema de apropiación de los excedentes generados por el aumento permanente de la productividad, para Altvater es cosa del pasado. Las energías fósiles fueron y todavía son el sine qua non del capitalismo: en primera instancia -ésta fue básicamente su ventaja- la energía fósil permite que la producción y la fuerza de trabajo se independicen del territorio y del espacio. Los recursos fósiles son también independientes del tiempo, se los puede utilizar las 24 horas del día, los 365 días del año; es factible anular las estaciones del año, hacer que el día se convierta en noche y la noche en día. El capitalismo se podía despegar del tiempo y del espacio para anclarse en el limbo ahistórico de la producción perpetua. De hecho, el fin de la historia.
El gran dilema del crecimiento es la contradicción entre las leyes de la acumulación de capital y las leyes de un uso de la naturaleza sostenible en el tiempo; estos dos planos no pueden coincidir jamás.  La carrera actual por los recursos naturales reaviva procesos inherentes al capitalismo primitivo. No sólo implica la expulsión de miles de millones de personas de su hábitat natural, sino que emplea cualquier método, violencia inclusive, para doblegar voluntades. Sin ir más lejos, desde hace una década aumentan a lo largo de Sudamérica la expropiación y expulsión masiva de indígenas, campesinos y afrodescendientes a causa de la mega minería, la agroindustria, el patentamiento ilegítimo de plantas para los laboratorios, las industrias maderera y pesquera. Son las consecuencias (y el precio oculto) del “boom” productivo de América Latina orgullosa de ostentar índices de crecimiento que, en promedio, se mantienen alrededor de un índice del 5% anual desde hace por lo menos cinco años.
En el opúsculo de Kant “Sobre la paz perpetua” (1795), hay una apelación que Altvater cita con frecuencia: “Los hombres no pueden dispersarse hasta el infinito por un planeta cuya superficie es limitada; por lo tanto, deben tolerarse mutuamente ya que originariamente nadie tiene mejor derecho que otro a estar en determinado lugar del planeta”. Implícitamente, Altvater transforma este imperativo kantiano de la limitación en una especie de admonición entre líneas, similar a lo que los griegos (los de la antigüedad) consideraban el peor de los pecados: la soberbia. Casi todo lo que escribe apela a detener la vorágine  ya no del consumo, sino de un sistema que está consumiendo la posibilidad de vida futura sobre el planeta. No el fin de la historia, sino la inserción en la historia para recuperar la dimensión de futuro arrebatada por el brave new world del capitalismo. En este sentido, todo reconocimiento de los límites pasa necesariamente por el respeto de las leyes de la naturaleza, que es lenta y es finita y puede colapsar bajo el peso creciente del consumo de tierras, materia y energía.
 ¿Cómo salir?
Para Altvater, el camino de salida nunca vuelve al pasado. Si la utilización de energías fósiles es cada vez más escasa, difícil y onerosa, quedan las energías alternativas que, de hecho, reducirían la producción porque no son tan eficientes. Además, no se dejan trasladar e imponen otro trato a la naturaleza, salvo el horror de las llamadas bioenergías. Pero todo esto es cuestión del futuro (si es que lo hay). Para la coyuntura actual, Altvater propone concretamente reducir drásticamente el volumen de las deudas soberanas y mejorar su servicio, adecuándolo a un plan realista. Es obvio que el lobby de la banca, con la anuencia de las calificadoras y los gobiernos de Inglaterra y Estados Unidos, se oponen. En segundo lugar, es absolutamente necesario invalidar la referencia de las agencias de calificación; en tercero, restablecer el impuesto a la riqueza e implantar una tasa por las transacciones financieras. Ese mínimo paquete de medidas, bloqueado por el dogma neoliberal de los gobiernos europeos, más ocupados en  cuidar la estabilidad del mercado que la de sus ciudadanos, aliviaría de inmediato la coyuntura.  Mientras tanto, alerta Altvater, hay otra crisis visible en el horizonte: la langosta ha comenzado a satisfacer su voracidad con la especulación de materias primas, alimentos y portadores de energía. La miseria ha regresado a las geografías ya recorridas hasta el hartazgo: África, América Latina y parte de Asia. La carrera continúa.