Hasta los cojones
Primero fueron a por los
pensionistas y asumimos que nos tendremos que jubilar en el cementerio.
Después fueron a por los
funcionarios y lo aceptamos como un mal menor.
Más tarde fueron a por los parados
y empezamos a movernos.
Cuando fueron a por la
democracia, nos indignamos.
Fueron a por nosotros y
nosotros fuimos a por ellos.
Entonces fueron a la suya y nos
cansamos de esperarlos.
Después fueron a por las elecciones
y se las llevaron.
Luego fueron a por nuestro dinero y
nos resignamos a pagarles más impuestos.
Vimos cómo se fueron esos impuestos
por el desagüe y volvimos a indignarnos.
Después fueron a por los profesores
y tuvimos que salir a defender la educación de nuestros hijos.
Más tarde fueron a por
nuestros hijos y les pegaron como si fueran el enemigo.
De nuevo fueron a la suya y
nosotros a indignarnos.
A continuación fueron a por los
médicos y los enfermeros y rezamos para no enfermarnos.
Cuando fueron a por los
enfermos, deseamos que un milagro los sanara.
Cuando fueron a por los
inmigrantes, les aconsejamos que se fueran.
Cuando se fueron nuestros amigos y
familiares, les aconsejamos que no volvieran.
Entonces vinieron a por nuestros
trabajos y nuestros derechos laborales y salimos detrás de ellos pero no los
alcanzamos.
Luego fueron a por nuestros ahorros
y se los llevaron y aún nos estamos preguntando cómo y a dónde.
No fueron a por ninguno de ellos y
jamás pudimos preguntárselo.
También fueron a por nuestras casas
y nos expulsaron.
A continuación vinieron a
secuestrarnos y nos entregaron.
Ahora han ido a por los mineros y
los mineros les cortaron el paso.
Ahora han disparado a los mineros y
los mineros les han disparado.
Han ido a cerrar las minas y los
mineros se han encerrado.
Han ido a enterrarles vivos
y los mineros han salido del agujero.
Los mineros bajan a la mina con un
pájaro.
El pájaro es más sensible a los
escapes de gas. Su muerte les avisa de un peligro inminente.
Los mineros son nuestros
pájaros.
Si ellos caen, no sé si tendremos
tiempo para escapar.
Cuando vengan a por nosotros, quizá
sea demasiado tarde.
Como dicen los mineros: Nosotros
no estamos indignados, nosotros estamos hasta los cojones.
Javier Gallego
Carne Cruda RNE
Javier Gallego
Carne Cruda RNE