miércoles, 7 de noviembre de 2012

¿Para quién son un drama ahora los desahucios?



No sé cuántas propuestas ha debido de presentar ya la izquierda en el Congreso contra los desahucios en esta legislatura y en la anterior. Todas tumbadas. Ninguna apoyada por PP ni por PSOE. La última, en marzo de este mismo año, fue tumbada con la abstención del PSOE y los votos en contra del PP. Junto a las propuestas de la Izquierda Plural (IU, ICV y CHA), en la calle se ha movido una reforma de la ley hipotecaria en forma de ILP para la que se siguen recogiendo firmas en las plazas, en los desahucios, en las concentraciones. Ha habido huelgas de hambre, suicidios, protestas ciudadanas para que no arrancaran la casa a los vecinos… Todo lo que se han atrevido a insinuar el PP y el PSOE son reformas para los futuros compradores de viviendas (bajo el sacrosanto principio de la irretroactividad de la ley, principio que hasta donde uno sabe se refiere a la ley penal, no a la civil), códigos de buenas prácticas que han debido de poner muy nervioso a Botín, ampliar el tamaño de la letra pequeña de los contratos hipotecarios (como si en la relación ciudadano-banquero lo único que perjudicara al ciudadano fuera el tamaño de la letra contractual) y naderías de similar alcance.


350.000 desahucios después parece que el PP y el PSOE han decidido que ya sí pueden ser un tema. Soraya Sáenz de Santamaría anunció en la rueda de prensa del pasado Consejo de Ministros que el Gobierno intentaría consensuar con el PSOE una solución al drama de los desahucios. Supimos después que de hecho Rubalcaba y Rajoy ya habían hablado del tema y vimos cómo el PSOE escenificaba una campaña a favor de aquello contra lo que había estado los últimos cuatro años: la última vez, ya digo, en marzo de 2012; seguramente entonces eran 325.000 desahucios en vez de 350.000 y el drama era menor. Hasta los programas informativos hablan de los desahucios por fin.
Llama la atención que si desde hace cuatro años un grupo político lleva haciendo propuestas, si en cada ciudad y casi en cada barrio hay una plataforma de afectados por las hipotecas, si hay miles de ciudadanos trabajándose una iniciativa legislativa popular, sean los dos partidos que han ido oponiéndose a absolutamente todas las propuestas de solución o de mero parche al problema sean los que quieran cocinar solos la solución al drama. ¿No sería razonable una mínima humildad y empezar por consultar (¡no ya pedir perdón!) a los colectivos que conocen el tema porque lo sufren y llevan años luchando contra él? ¿No sería pertinente que los partidos que llevan años defendiendo a los bancos frente a los ciudadanos perdiesen cinco minutos en debatir con los que llevan años haciendo propuestas en el vacío parlamentario para defender el derecho a la vivienda?
Sólo se me ocurre una respuesta a por qué ahora PP y PSOE se preocupan por los desahucios y deciden excluir de esa preocupación a quienes llevan años luchando con los desahuciados.
Cualquiera que entre en una sucursal bancaria tiene muy difícil distinguirla de una inmobiliaria de las que poblaban las ciudades y pueblos hasta antes de ayer. Decenas de ofertas en el barrio, en la playa. Tantas ofertas como familias han sido desahuciadas por esa sucursal. Quien más quien menos tiene en su comunidad de vecinos algún piso que es propiedad de un banco que ha ejecutado una hipoteca impagada. Eso es un problema para los propios bancos hasta tal punto que unos 90.000 inmuebles serán comprados por el banco malo para librar a los bancos de este engorro y que nos lo comamos los ciudadanos.
El reverso de la tragedia que sufren cientos de miles de familias, millones de personas, es un incómodo apunte contable en los balances de los bancos. Los bancos no sólo no están haciendo negocio acopiando pisos invendibles a medio plazo: lo único que están consiguiendo con los desahucios es que quede claro que somos una puta mierda de la que disponen libremente, una exhibición de poder que les gusta mucho pero que necesitan acompañar de una contabilidad más favorable. De rebote las protestas ciudadanas están manchando su imagen: por eso los encierros y huelgas de hambre suelen acabar con victoria ciudadana, porque para los bancos es muy mal negocio asociar su marca concreta con la violación de derechos de los más débiles.

Seguro que a los bancos españoles les convendría una nueva fórmula de respuesta a las hipotecas impagadas. Si en vez de dejar el piso vacío se queda el hipotecado pagando un pequeño alquiler, el banco ingresa algo y, sobre todo, en vez de apuntar en el diario contable una propiedad que ni da ingresos ni se prevé que los dé apuntan unos ingresos constantes mes a mes. Algo se les ocurrirá a PP y PSOE, si es que no han recibido por escrito ya la propuesta que presenten como respuesta al drama de los desahucios ante el que actúan con consenso (aunque sea de ellos), como en la Transición, aleluya.
Los desahucios han comenzado a ser un drama también para los bancos, y ahí es donde entran PP y PSOE negando la palabra a los desahuciados y escenificando una honda preocupación por el problema.

(extraído de 'http://blogs.tercerainformacion.es/iiirepublica/')

El fin sí justifica los medios



"El fin no justifica los medios" es una frase muy repetida por aquellos que cómoda o incómodamente viven en la burbuja del individualismo, bien porque gozan de él o bien por desconfianza (ignorancia) de la eficacia de las luchas colectivas. El fin no justifica los medios cuando ese fin supone alterar el status quo.
Que yo nombre una realidad tan empírica como que el fin sí justifica los medios no quiere decir necesariamente que apoye tal cosa en todos los casos, digo que este puto mundo funciona así, pero a la hora de establecer un juicio de valores sobre este modo de proceder se aplica un rasero bien distinto dependiendo la clase social que opere.
En definitiva, el fin justifica los medios, pero en tal afirmación no hay lugar para la hipocresía, porque por ejemplo yo afirmo que apoyo como forma de lucha social la privación temporal de libertad y la coacción en una huelga, en cambio todavía no he escuchado a ningún capitalista defender todos los medios que utiliza el sistema económico vigente para poder funcionar.

El fin sí justifica los medios. Es el modus operandi de cualquier forma de hacer política, economía, lucha social...

- Para que el poder político establecido opere plácidamente tiene que blindarse, oprimiendo la alternativa política con leyes retorcidas y sibilinas que amordazan las voces críticas, ridiculizándolas con sus medios de comunicación cuando consiguen pronunciarse, viéndose así vulnerados los derechos de los ciudadanos con el amparo de la legalidad, su legalidad. El fin sí justifica los medios.

- Para que el sistema económico actual ejecute las directrices y teorías de su existencia tiene que inventarse nuevas formas de seguir jugando, desvirtuando el valor de la riqueza, globalizar, exprimir a las clases bajas, invadir países, saquearlos, asumir que otros tienen que vivir infinitamente peor... El fin sí justifica los medios.

- Para que una lucha sindical sea efectiva la huelga tiene que ser apoyada por el mayor número de trabajadores posibles. Durante esa jornada o jornadas se tiene que coartar la libertad de los esquiroles, hacerles ver que esa reivindicación le afecta tanto a él como a los otros, informando, increpando, cortando el tráfico, poniendo silicona en cerraduras, repartir panfletos, pegar carteles... El fin sí justifica los medios.

El fin sí justifica los medios, basta de ser hipócritas porque todo funciona así. El sindicalismo y la lucha social no van a ser menos, más quisieran, y no puede ser de otra forma. El poder puede elegir "sus medios", los nuestros son limitados (por ellos).
La diferencia es que cuando este modo de proceder lo ejerce el poder, entra dentro de los parámetros éticos racionales, ya tienen sus buenos métodos de maquillaje para que así sea.
Cuando se actúa de esta manera desde las bases sociales se atenta contra a libertad y la integridad de las personas, acercándose así a métodos dignos de la mafia y el terrorismo.
Lo que me recuerda a aquello que dijo Robespierre: "¿Hasta cuándo el furor de los déspotas será llamado justicia, y la justicia del pueblo, barbarie o rebelión?"

Extraído de 'Improntas Perfecciones'

14N Huelga General - Especial Jóvenes -


14N Huelga General

¿Por qué secundar la huelga general si eres estudiante?
Una huelga tiene como uno de sus objetivos el causar un daño a las ganancias obtenidas por la patronal para forzarla a aceptar una serie de exigencias de los trabajadores, pero no solamente eso. La huelga sirve para que la clase trabajadora visualice su situación como clase explotada, caiga en cuentra de su poder y se facilite su capacidad de organización. Para todo eso, para acentuar la lucha de clases, es para lo que sirve, o debería servir, una huelga.
Una huelga general supone la paralización de todos y cada uno de los sectores de la producción. Sin embargo, no toda la clase trabajadora participa directamente en estos sectores. Algunos trabajadores permanecen en paro para evitar que crezca el precio de la fuerza de trabajo que contratan los patronos. Otros se encuentran en formación, para asegurar mano de obra cualificada o especializada. Otros están ya jubilados. Otros trabajan en sectores relacionados con los servicios. Estas actividades son reproductivas del sistema capitalista, pues aunque no son productoras contribuyen a mantener en funcionamiento el proceso de producción y explotación, y es aquí donde entramos los estudiantes.
Como trabajadores en formación que somos el mundo del trabajo no debería sernos ajeno y lo que afecte a los actuales trabajadores nos afectará tarde o temprano.
Por otro lado, si bien paralizar nuestros lugares de estudio no repercute en un descenso de la producción, si que muestra la unión y confluencia entre estudiantes y trabajadores, así el compromiso del estudiantado con la causa de la clase trabajadora, que es la de la emancipación del trabajo. Esto es, la del socialismo y la libertad.
Es por esto que llamamos a los estudiantes a vaciar las aulas el día 14 de noviembre.

¿Por qué secundar la huelga general si eres un joven trabajador?
La juventud obrera es actualmente el sector social que más está sufriendo los ataques del capitalismo. Una cifra de paro juvenil en el Estado español cercana al 60% así lo atestigua, mientras lo único que ofrecen a esa juventud "la más preparada de la historia" son microempleos y trabajos precarios que buscan su pauperización y la pérdida completa de los derechos logrados a esta nueva generación de la clase trabajadora.
Es aquí hacia donde nos llevan. Toda crisis de producción supone la reducción de las condiciones de vida de la clase trabajadora para evitar pérdidas, y los jóvenes, por ser recién llegados al mundo del trabajo, son el objetivo más conveniente. A no ser que apostemos por la organización y la lucha social.
Nadie tiene más motivos para hacer esta huelga que la juventud obrera. El social-liberalismo ha caído y aquellos mal llamados sindicatos domesticados desde la transición están pasando a mejor época, es la hora de levantar un movimientro obrero y popular que nos permita no solo resistir, sino también avanzar.

La Huelga General.
Marcándonos como objetivos la construcción de un movimiento social, estudiantil y obrero combativo y el fortalecimiento, si no la creación, de las estructuras que nos permitan la lucha, la huelga general tiene un renovado sentido.
De nosotros, estudiantes y jóvenes de la clase obrera, depende que esta huelga general vuelva a ser, como tantas otras, la huelga de los liberados sindicales, de la aristocracia obrera, de las mariscadas, o se convierta en nuestra huelga: la huelga de los explotados, la huelga de los que desde hace generaciones sostenemos esta barbarie llamada capitalismo. 

Por todos estos motivos, el Frente Estudiantil y Social, convoca a la huelga general. Por todos estos motivos, saldremos a luchar.

¡Luchar para avanzar!
¡Huelga general!
(Extraído del FES - Zaragoza)