miércoles, 7 de noviembre de 2012

El fin sí justifica los medios



"El fin no justifica los medios" es una frase muy repetida por aquellos que cómoda o incómodamente viven en la burbuja del individualismo, bien porque gozan de él o bien por desconfianza (ignorancia) de la eficacia de las luchas colectivas. El fin no justifica los medios cuando ese fin supone alterar el status quo.
Que yo nombre una realidad tan empírica como que el fin sí justifica los medios no quiere decir necesariamente que apoye tal cosa en todos los casos, digo que este puto mundo funciona así, pero a la hora de establecer un juicio de valores sobre este modo de proceder se aplica un rasero bien distinto dependiendo la clase social que opere.
En definitiva, el fin justifica los medios, pero en tal afirmación no hay lugar para la hipocresía, porque por ejemplo yo afirmo que apoyo como forma de lucha social la privación temporal de libertad y la coacción en una huelga, en cambio todavía no he escuchado a ningún capitalista defender todos los medios que utiliza el sistema económico vigente para poder funcionar.

El fin sí justifica los medios. Es el modus operandi de cualquier forma de hacer política, economía, lucha social...

- Para que el poder político establecido opere plácidamente tiene que blindarse, oprimiendo la alternativa política con leyes retorcidas y sibilinas que amordazan las voces críticas, ridiculizándolas con sus medios de comunicación cuando consiguen pronunciarse, viéndose así vulnerados los derechos de los ciudadanos con el amparo de la legalidad, su legalidad. El fin sí justifica los medios.

- Para que el sistema económico actual ejecute las directrices y teorías de su existencia tiene que inventarse nuevas formas de seguir jugando, desvirtuando el valor de la riqueza, globalizar, exprimir a las clases bajas, invadir países, saquearlos, asumir que otros tienen que vivir infinitamente peor... El fin sí justifica los medios.

- Para que una lucha sindical sea efectiva la huelga tiene que ser apoyada por el mayor número de trabajadores posibles. Durante esa jornada o jornadas se tiene que coartar la libertad de los esquiroles, hacerles ver que esa reivindicación le afecta tanto a él como a los otros, informando, increpando, cortando el tráfico, poniendo silicona en cerraduras, repartir panfletos, pegar carteles... El fin sí justifica los medios.

El fin sí justifica los medios, basta de ser hipócritas porque todo funciona así. El sindicalismo y la lucha social no van a ser menos, más quisieran, y no puede ser de otra forma. El poder puede elegir "sus medios", los nuestros son limitados (por ellos).
La diferencia es que cuando este modo de proceder lo ejerce el poder, entra dentro de los parámetros éticos racionales, ya tienen sus buenos métodos de maquillaje para que así sea.
Cuando se actúa de esta manera desde las bases sociales se atenta contra a libertad y la integridad de las personas, acercándose así a métodos dignos de la mafia y el terrorismo.
Lo que me recuerda a aquello que dijo Robespierre: "¿Hasta cuándo el furor de los déspotas será llamado justicia, y la justicia del pueblo, barbarie o rebelión?"

Extraído de 'Improntas Perfecciones'

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