Somos conscientes en
los países del Euro-Sur (Portugal, España, Italia, Grecia, Malta, Chipre…) del
retroceso en los derechos, libertades y prestaciones que estamos sufriendo o,
anestesiados por la crisis, aceptamos como algo pasajero y temporal dichos
retrocesos? El último ejemplo lo tenemos en la visita del ministro de Finanzas
alemán, Wolfgang Schäuble, a Grecia, que ha supuesto la limitación del derecho
a la libre manifestación en el centro de Atenas durante once horas, prohibiendo
la reunión de más de tres personas que porten pancartas o griten consignas.
Esta medida ya se
impuso en la última visita que hizo a Atenas la canciller alemana, Angela
Merkel, en octubre de 2012. Y parece que los griegos, con mayor o menor
resignación, han aceptado sin más la restricción de su derecho a la libre
manifestación para no molestar a un Gobierno ajeno. El precedente es muy grave
aunque, lamentablemente, uno más de los que se suma a la lista de recortes de
derechos y libertades en los países del Euro-Sur.
Y todo para no llevar
la contraria al Gobierno alemán, que está convirtiendo al Euro-Sur en su coto
privado de caza, imponiendo a sus países unas durísimas condiciones y reformas
económicas a cambio de rescates financieros que tienen como objetivo principal
el reintegro de la deuda que dichos países tienen contraída principalmente con
las entidades financieras alemanas, que durante años financiaron alegremente la
expansión económica del Euro-Sur sin advertir a nadie de los riesgos, para no
reducir los beneficios que dichas entidades financieras obtenían de aquella
orgía de préstamos y créditos.
Además de pasear por
el centro de Atenas sin que ningún humillado griego lo moleste, el señor
Schäuble se permite el lujo de instruir a los gobiernos del Euro-Sur a que
cumplan con las reformas laborales impuestas a cambio de los rescates
financieros otorgados, entre los que está el de España, que fue un rescate
destinado íntegramente a la banca. Y, así, acaba de decir que la limitación al
despido de los trabajadores mayores impide la contratación de trabajadores
jóvenes, pero que dicha limitación está bien porque impide que los más
veteranos, con más experiencia, puedan ser despedidos, aunque eso mismo
dificulte la contratación de jóvenes. ¿En qué quedamos, señor Schäuble?
¿Qué mensaje está
enviando Schäuble a los gobiernos del Euro-Sur, que reduzcan aún más las
indemnizaciones por despido a los trabajadores indefinidos y que, además, eso
se pueda hacer con carácter retroactivo, vulnerando incluso ese principio
fundamental de algún ordenamiento jurídico como el nuestro, el español?
¿Por qué no se aplica
Schäuble su propia receta y dimite, con una indemnización ridícula, dando paso
a un ministro de Finanzas mucho más joven que él?
Franci Xavier Muñoz
*Secretario de
Organización de ISI ES
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