martes, 6 de noviembre de 2012

CARIDAD O JUSTICIA SOCIAL



La idea central de un sistema basado en la caridad o la compasión es la asunción y perpetuación de una sociedad donde los pobres y los ricos lo son por voluntad divina o propia: Dios te hace pobre o tú eres el responsable de tu pobreza. Este pensamiento encuentra su exacerbación en el calvinismo que entroniza el ser rico como una muestra de la elección que Dios hace de las personas a las que quiere favorecer y la pobreza como un estigma de una suerte de pecado social del que uno mismo es culpable.

En la derecha patria, vinculada a la curia como herencia del nacional-catolicismo franquista, la pobreza se entiende como una suerte de desastre natural que azota a una parte de la población y que debe ser paliada por aquellos que tienen, en un cínico ejercicio de desprendimiento voluntario de lo que sobra,.

De ahí el entronque entre la antigua caridad religiosa y las modernas tesis del capitalismo de compasión, adaptado al progresismo mundialista como la filantropía de los magnates “guais-progres".

En todas las vertientes de esta moral, no se piensa en la raíz de la exclusión o la pobreza, ni en las causas que abocan a tantas familias al infierno de un cuarto mundo en medio del escaparate de la abundacia primer mundista.

La izquierda debe oponerse con energía a esta moral y a los proyectos políticos que representan, porque promueven y mantienen este asistencialismo que perpetúa un modelo de sociedad en que la injusticia es algo natural como lo puede ser la lluvia o el viento. Ese asistencialismo caritativo palía algo el sufrimiento, pero no acaba con él. Se ocupa de algunos síntomas, pero deja intacta la infección.

Nuestro proyecto social debe ser radicalmente diferente, no somos darwinistas en lo social ni creemos que la pobreza sea algo natural sino fruto de un injusto reparto. Frente a dejar la asistencia al albur del desprendimiento de los  que tienen de sobra, nosotros promovemos la Justicia social que permita a cualquier persona vivir con dignidad.

No puede haber cientos de miles de familias sin casa y casas vacías, hogares donde se come una sola vez en medio de la sociedad de los excedentes alimentarios, personas sin dinero para asistencia médica y miles de profesionales sanitarios en paro,... Es el modelo el que está enfermo, el artificial, el nocivo.
La Justicia social es el antagonismo de la caridad, la compasión o la filantropía y debe ser el andamiaje que construya un auténtico país soberano al servicio de sus ciudadanos. Donde la sanidad, la vivienda, la alimentación o la educación no dependan del capricho de voluntarios o adinerados que laven sus conciencias.

Frente al nuevo feudalismo financiero que nos quiere esclavos, nuestro proyecto es el de la Justicia.

Frente a su caridad, la Justicia Social.

http://hablandorepublica.blogspot.com.es

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